La reina Letizia ha sorprendido al anunciar que retomará los viajes internacionales en representación de la Corona, labor que anteriormente realizaba su suegra la reina Sofía. Esta decisión aviva rumores en la prensa española sobre una posible crisis matrimonial con el rey Felipe VI.
Letizia argumenta que asumirá estos compromisos institucionales en el exterior debido a la avanzada edad de doña Sofía. Pero para algunos es una excusa para pasar más tiempo fuera de Zarzuela y distanciarse de su esposo.
Últimamente la reina consorte ha estado mucho menos presente en el palacio real, incluso en vacaciones separada del rey. Esto da alas a quienes vaticinan una relación deteriorada.
Expertos en realeza consideran positivo que Letizia asuma nuevo protagonismo con estas visitas oficiales, independizándose del rol de Felipe VI.
Demostraría su capacidad de liderazgo y le permitiría forjar una agenda propia centrada en las causas sociales que le apasionan.
Si bien su lenguaje corporal junto al rey denota cierto distanciamiento en actos recientes, también podría deberse al desgaste natural tras casi dos décadas de matrimonio.
Quizás necesitan espacio para reconectar individualmente con sus propósitos antes de retomar la rutina conjunta este otoño. No debemos sacar conclusiones apresuradas.
Lo importante es que, en medio de rumores, la Corona siga funcionando coordinadamente y con buena sintonía entre Felipe y Letizia.
Sea como fuere, confiamos en que la pareja real resolverá internamente cualquier diferencia y nos seguirá representando unitariamente dentro y fuera de nuestras fronteras con profesionalidad.
Su compromiso con España siempre ha estado por encima de circunstancias personales. Y en esta nueva etapa, necesitamos más que nunca su liderazgo y labor institucional para afrontar los desafíos venideros.
